Hola soy Anya!
Soy mexicana, soy licenciada en Relaciones Internacionales, actualmente estudio la maestría en Población y Desarrollo, me interesan los temas de migración, soy co-fundadora de Mormonas Feiministas, activista, hija y nieta de mujeres excepcionales y una eterna interesada en la política. Miembro de la Iglesia desde hace 14 años, una decisión que cambió mi vida. Siempre he creído que soy una hija muy amada por nuestros padres celestiales, soy muy bendecida y deseo que todas las personas puedan sentir el amor que emana de Ella y Él. Cristo es mi mejor ejemplo de amor y rebeldía, y mi más grande aspiración.
Cuando las misioneras me predicaron, sentí que literalmente la puerta a los cielos se abría y abracé con todo mi corazón y mi ser al Evangelio. Una de las cosas que más me gusta de las enseñanzas es que en nuestra Iglesia se recibe revelación continua, entonces no estábamos en las tinieblas sin un camino iluminado el cuál seguir. Pasó el tiempo y por muchas realidades y situaciones encontré que en mi Iglesia, mi refugio, donde tenía puesto mi corazón y fe, se ejercía un trato desigual por sexos. Que mujeres y hombres replicábamos violencia simbólica, lastimando a los demás, marcándoles y en muchos casos aportando para que se alejaran de la Iglesia. Siendo más perfectos que cristianos. Desde ese momento sufrí enormemente, mi corazón ya no tenía calma y decidí alejarme por unos cuantos meses de la Iglesia. Aún sigo en búsqueda del sentirme feliz en lo que por mucho tiempo ha sido mi hogar. Aún quiero que sea mi casa.
Si se ordenara a las mujeres los roles de género que han sido tan fuertemente establecidos en la Iglesia, se desdibujarían. Se aprovecharía la mayoría femenina en la membresía (al menos en México). Los hogares jefaturados por mujeres tendrían el alivio y seguridad del sacerdocio en todo momento. Hay muchas manos, corazones y mentes dispuestas a servir. Yo creo que las mujeres deben ser ordenas al sacerdocio.
No quiero que cuando me toque el tiempo de ver al Salvador cara a cara, tenga que bajar el rostro y decirle que no hice nada por mis hermanas y hermanos. Quiero sonreírle y con lágrimas decirle que hice todo lo que estuvo en mis manos por hacer de este mundo uno más justo. Quiero que mujeres y hombres tengamos las mismas opciones. Deseo con todo mi corazón que nuestro Profeta no se canse de preguntar si las mujeres podremos ejercer el sacerdocio en estos tiempos.
Hi I´m Anya!
I´m Mexican, a graduate in International Relations and studying for a master’s degree in Population and Development, interested in migration. I am also the Mormonas Feministas co-founder, an activist, daughter and granddaughter of exceptional women and always interested in politics. I was baptized 14 years ago, a decision that changed my life. I´ve always thought that I´m loved by our mother and father in heaven. I’m really blessed and hope everyone can feel all the love that comes from them. Jesus is my example of love and my greatest inspiration.
When the female missionaries taught me, I literally felt that heavens doors were opened and I embraced the gospel with all my heart. One of the things that I really like about our church is that we have continuous revelation, so we won´t walk in darkness without knowing which path is the correct path.
After some time in the Church and from experiencing a lot of situations, I found that my church, mi shelter, where I have kept my heart and faith, was treating women and men differently. Women experienced hurt, and in some occasions these situations contributed to their decision to leave the Church. I, too, experienced this hurt and suffered a lot. I couldn’t find peace so I decided to take some time away from the Church. I am still looking for a way to come back to what I consider home. I still want the Church to be my home.
If women were ordained, gender roles that are strongly defined at church could be more flexible. We could use the feminine majority (at least in Mexico). Houses lead by women could find priesthood comfort and security in every moment. There would be no need to make phone calls and wait to be attended to. There are a lot of hands, hearts and minds ready to serve.
I wish that when it gets to be my turn to be face to face with our Savior, I could tell him with a smile and tears that I did whatever I could to build a fair world. I can´t imagine telling him, lowering my head, that I didn´t look over my sisters and brothers. It is my desire that women and men get to have the same options. I wish with all my heart that our prophet keeps asking if women can exercise the priesthood in our times. I believe women should be ordained.